A DOS AÑOS DE LA MUERTE DE INMIGRANTES EN EL TARAJAL
Se acaban de cumplir dos años de la
muerte de 14 personas que intentaban pasar la frontera española en el Tarajal,
dos años de impunidad para los causantes de estas muertes y dos años de
silencios y mentiras sobre la situación de las fronteras.
Hace unos meses los policías
imputados fueron declarados sin responsabilidad en las muertes; el ministro
español del Interior comparó la inmigración con una goteras en el techo, la
llamada Ley Mordaza legalizó las devoluciones en caliente con la oposición del
movimiento social que defiende el derecho a migrar; un vendedor de CDs en
Barcelona, murió en circunstancias raras tras ser perseguido por la policía
catalana. Europa sigue cerrando sus fronteras a los refugiados, que siguen
siendo expulsados por las guerras; Europa sigue mirando a otro lado en este
invierno crudo; Europa confisca los bienes de los refugiados. Mientras, diez mil
niños hijos de refugiados han desaparecido en este trayecto, muchos adultos y
niños han muerto en las aguas, la orilla o de frío. Aún esperamos ver a esa
Europa de los Derechos, de las libertades, de la acogida, esa Europa que se
rasga las vestiduras por la violación de derechos humanos en países de
Latinoamérica, mientras mira indiferente la muerte en sus costas.
Europa sigue mirando la
inmigración, el asilo y el refugio como un problema de seguridad nacional.
Cuando se cambie esa mirada y se diseñen políticas migratorias bajo el enfoque
de los derechos y libertades, no sólo las personas migrantes, asiladas y
refugiadas verán mejorar su situación, sino la misma Europa se vestirá de
humanidad, solidaridad y bienestar.
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